Virgen «Morenita» del Valle de Catamarca Argentina

Virgen «Morenita» del Valle de Catamarca Argentina

En el año 1620, se descubrió la imagen de la Santísima Virgen María en una gruta, en la zona del pueblo Choya, a muy pocos kilómetros de la capital de la provincia de Catamarca, Argentina.

La imagen, en aquellos años fue denominada, Virgen de Choya, o Nuestra Señora de la Limpia Concepción. Posteriormente es trasladada desde ese lugar a el actual Valle Viejo, departamento colindante a la capital catamarqueña.

Luego de pasar 10 años, desde su descubrimiento, se le construye, lo que fue, su primera capilla. A partir de allí, comienza el culto y veneración a la imagen de la Virgen, la aceptación y la fe, comenzó a aumentar considerablemente por parte de los lugareños, que llegaban, cada vez más en peregrinación a contemplar a María. Desde aquel mismísimo momento, se ha convertido en un ícono nacional y religioso.

Y al hablar de descubrimiento, vamos a entrar más en detalle, sobre esta historia. Si  bien, no está muy aclarado, el inicio real de esta devoción, es una historia que te va a encantar leer. Te lo aseguro.

Historia de la Virgen del Valle de Catamarca

La historia de la Virgen del Valle de Catamarca no tiene un comienzo cierto, o al menos, aún no bien aclarado. No se tiene documentación exacta que constate los hechos, pero según las tradiciones, el comienzo de esta historia, comienza de la siguiente manera.

Don Manuel de Salazar y su relación con la Virgen María del Valle

Manuel de Salazar, fue oriundo del antiguo territorio vasco, Señorío de Vizcaya (hoy provincia de Vizcaya, País Vasco, comunidad autónoma española). Fue un militar, al cual se le encomienda la tarea de formar parte de las tropas que llegan a tierras chilenas, en calidad de aliados de éstos, en el conflicto, que en aquellos momentos, Chile tenía con los indios mapuches, denominados por los españoles, como araucanos.

Posterior a cumplir su tarea, a comienzos del siglo XVII, se adentra en tierras argentinas, pasando por Tucumán, y llegando a Catamarca, más precisamente se asienta en el actual Valle Viejo (población antiguamente denominada, “Las Chacras”).

Allí, deja su carrera militar y se dedica a la agricultura, pero además, recibe el cargo de administrador del Valle de Catamarca. En este cargo debía de cumplir una doble función, ser el Juez de Paz, para los españoles, y el comisario de Policía, para los indios.

Uno de los tantos indios que encomendaban al servicio de Salazar, un día se encontraba haciendo labores en las tierras de la población de Choya, tierras cercanas a Las Chacras. Allí, el indio observa a un grupo de indígenas, jóvenes, principalmente mujeres, que en fila india se dirigían cuesta arriba sobre el faldeo montañoso donde se encontraban.

Aquella zona, este indio no la conocía en demasía, con lo cual, optó por quedarse quieto en el lugar, tratando de no llamar la atención a aquellos aborígenes, con la intención de que no lo descubrieran. Le llama mucho la atención, que desfilaban, con acúmulos de flores frescas, y luces de candelabros, y llevaban como un rumbo fijo.

Decide regresar a su hogar, para así, al día siguiente volver a aquel lugar, y poder descifrar aquello que lo había dejado intrigado. Regresando, toma la decisión de narrarle lo que había visto a Salazar, con la intención primera, de volver en compañía del administrador al día siguiente a Choya.

Hallazgo de la Imagen de la Virgen

Al final desiste de ese pensamiento, y regresa al otro día, de igual manera que el día anterior, solo. Encuentra el mismo lugar donde vió a las indias, esta vez no había rastros de humanos, sólo las pisadas que marcaban un sendero cuesta arriba, el cual resuelve seguir. 

Luego de unos pocos kilómetros por el mismo camino, todo marcado por las huellas de aquellas personas, avista en la parte alta del final y alta de dicho sendero un nicho de piedras, a unos 7 metros aproximadamente. Le llama poderosamente la atención la manipulación de la zona, áreas de cenizas, con restos e indicios de fogatas actuales, mucha flora arrancada de cuajo, como labrando el camino hacia aquel hueco, hasta marcas en el suelo, producto de danzas aborígenes, muy propias de ellos, y que por cierto, el indio, no dudó en su conclusión. La única duda que tenía en ese momento, era que había allí arriba, en ese montículo de piedras en forma de nicho.

Establece subir, y allí ve la imagen de la Santísima Virgen María. La estatua de la “Morenita del Valle”. Contempla el color oscuro de la cara y las manos, igual a las imágenes que ya había visto en casas de algunos españoles. Le pareció hermosa desde el primer segundo que la vio. El indio quedó deslumbrado de tanta belleza.

De ahí en más, no se sabe cuánto tiempo pasó, hasta que le contó lo sucedido a su capataz Don Manuel, pero una vez que le narra lo que había visto, el español, decide inmediatamente ir al lugar. 

Aunque lo piensa bien, y comienza a sacar conclusiones de que aquellos indios, posiblemente estaban haciendo rituales, vanas idolatrías y supersticiones, muy comunes en ellos, pensaba él. Sin confiar aún totalmente en las palabras del indio, hace averiguaciones a otros españoles, pero nadie sabía nada. Una y otra vez, se preguntaba, si realmente habría una imagen de la Virgen María allí en esa colina. 

Sin pensarlo más, le pido al indio que lo acompañe y lo guíe en el recorrido y hasta allá fueron. Al llegar a la gruta, la zona estaba ocupada por los nativos indígenas, como sabiendo que el Administrador español, de un momento a otro llegaría, presumían y tenían el temor, que se iba a llevar la Imagen con él. 

Don Manuel, observa la situación, los pobladores choyanos, en actitud de defensa y súplica, o una mezcla de ambas, presagiando lo peor para ellos. El español, junto a su servidor suben hasta el nicho, y allí estaba, Ella, tan hermosa como siempre, morenita linda, pequeñita Reina del Cielo. Salazar la observa, y de inmediato deduce que es la Virgen María Inmaculada Concepción.

Lo que temían los pobladores, sucedió, Manuel de Salazar, decide tomar la Imagen y llevársela a su casa, consideraba que en aquel lugar en el que se encontraba, no iba a tener la veneración que Ella se merecía, en un lugar tan alejado, descuidado y agreste. No hubo ruegos, ni explicaciones, ni lágrimas, que los indios le expresaran al español, y que éste hiciera caso para que desistiera. Nada lo detuvo. La bajo de la concavidad, y emprendió el rumbo regreso a su casa.

Origen de la Imagen

La aparición de la Imagen allí en Choya, nadie lo pudo, ni lo puede explicar, y posiblemente, nadie lo haga. No hay un sólo documento que verifique algo concreto a cómo llegó allí la Virgen María.

Se tienen datos especulativos, que los indios, veneraban a aquella Imagen, desde hacía muchos años, y que había mantenido el secreto y la discreción a más no poder. De hecho, aparentemente mantuvieron el secreto, por más de 30 años. 

Algunos dicen que, quien llevó la Estatua de la Virgen a ese lugar fue San Francisco Solano, aquel santo misionero de origen español, y que anduvo varios años de misionero por las tierras sudamericanas, pasando por aquella zona norte de Argentina en la década del 80 del siglo XVI.

Asimismo, otros afirman o predicen, que fue por mérito de los padres jesuitas, que la Imagen llegó hasta esas despobladas tierras. Aunque, si se inclinan por esta teoría, es evidente determinar que la colocaron luego del arribo de los misioneros jesuitas a las tierras de América del Sur, después del año 1603. En este caso, es más cercano al 1620, fecha de hallazgo por los españoles.

Los nativos pobladores de la zona, los indios decían que la Imagen estaba allí por orden y gracias de Dios. Era Él, quien la había puesto allí, para la protección de la comunidad aborigen.

A falta de datos concretos, de documentos que avalen ciertas teorías especuladas, existieron, existen y seguirán (probablemente) existiendo dudas, un vacío histórico, un hueco sin resolver, en la historia de esta advocación. 

Pero, si resaltamos la gran aceptación por parte de la población, que la veneración de la Virgen del Valle de Catamarca, ha tenido desde hace años hasta la actualidad, que su culto se ha acrecentado año tras año, y sabiendo, que es la felicidad de innumerables hijos de Dios, determina resultando poco importante el dato de quien depositó la Imagen allí, y en qué año, de donde proviene, y donde se confeccionó. 

Los misteriosos regresos de la Virgen a la Gruta

Si bien el español, resultó siendo un poco cruel con la población india, sacando de su original sitio a la Virgencita María, y dejándolos sin poder venerarla, como lo habían hecho durante muchos años; la intención de llevarla a su casa, era verdaderamente buena, pues en su casa, le dedicó un lugar especial para Ella, donde la contemplaba día y noche, ofreciéndole oraciones diarias, junto a su esposa.

Una mañana despierta al alba, como de costumbre para empezar con sus labores, se acerca al espacio dedicado a la Imagen de María, y se lleva una gran sorpresa: La Virgen no estaba.

Entre la incertidumbre, las sospechas, y la negativa de su mujer, cuando le consultó si ella había movido a la Virgen de su lugar, Don Manuel Salazar, no encontraba la Imagen de la Virgen María. Consultó a sus allegados, y nadie sabía nada. 

Lo primero que sospecho y refutaba esa especulación, era la del hurto, alguien debería de haber entrado esa madrugada, y llevársela. Por supuesto, las primeras sospechas eran sobre los indios. Al fin de tanto, concluye ir hasta Choya nuevamente, y cerciorarse si la Imagen no se encontraba allí nuevamente.

Así fue, la Imagen de la Virgen María Inmaculada Concepción, yacía en su lecho original, hermosa, radiante y limpia como siempre. Pero, esta vez, no estaba adornada con flores, ni luces, ni nada, sólo Ella. No había rastros de que alguien la hubiese llevado allí. Misteriosamente la Virgen había vuelto a la Gruta.

Sin dudarlo, la tomó con sus manos, la cargó consigo, y camino a casa, la regresó de nuevo. La volvió a ubicar en su sitio, pero esta vez, aumentando Su vigilancia. En vano fue todo.

Entre lo anecdótico y lo misterioso, aquel ex militar, tuvo que regresar unas cuantas veces más a la gruta a buscar a la Imagen. Pues una y otra vez se le desaparecía de su hogar y se iba a su lugar de origen, a su trono.

Primer Templo en Honor a Nuestra Señora de la Limpia Concepción: La Ermita

Luego de algunos años de veneración en la casa del Administrador del Valle, se decide comenzar la construcción del primer recinto en honor a la Virgencita María.

Se trata de otro hueco en la historia, no se sabe bien en qué año se termina de construir esa capilla, algunos historiadores afirman, fue 10 años posteriores a la aparición/hallazgo, o sea, cerca del 1630; otros concluyen, que fue unos años posteriores a este, cerca del 1640. 

La situación es que, se produce un momento de comunión entre los españoles y los nativos, un unión que era factible por un único acontecer, el amor infinito a María, el amor a la Virgencita Inmaculada Concepción. La construcción,  posterior consagración de la capilla, y el culto admirable que se le rendía a María, trajo mucha paz y amor entre los pobladores.

Que a su vez, se vieron invadidos, en buena hora, por la, cada vez más, cantidad de peregrinos que llegaban a los pies de la Virgen. Dando gracias, pero además, ya se la empezaba a titular de milagrosa, sanadora de males. Los fieles peregrinos le dedicaban amor y fe a esta advocación de María y se encomendaban por completo a Ella.

Este Pequeño Templo fue construido en el Actual Valle Viejo, donde vivía el Administrador, según atestiguan, la Virgen fue llevada en andas desde la casa del vizcaíno hasta la flamante nueva Capilla. La población tuvo el honor de tener a su amada morenita allí, por más de 50 años. Fue en el año 1695 que se decide el traslado definitivo hasta la ciudad capital.

Si bien, no fue un cambio directo desde esa pequeña Ermita, la primera Capilla construida en su honor, hasta la ciudad capital. En el medio, hubo otros lugares donde fue depositada y se le rendía culto, de esto, sí hay documentos que lo verifican, que hubo otros lugares de culto. Pero después si, fehacientemente se hizo el traslado de la Imagen de forma definitiva, a la ciudad capital.

Lugar original de Culto a la Virgen del Valle por los Indios: La Gruta de Choya

La gruta es el lugar preciso donde fue hallada la Imagen de María, este poblado en su momento llamado Choya, está ubicada a menos de 1 kilómetro del actual distrito de Choya, y exactamente a 7 kilómetros al noroeste de la actual ciudad capital de Catamarca.

La gruta representa aquel nicho de piedras, que en un principio fue hallado por el español, y que después de llevarse la Imagen de allí, quedó más asolado de lo que en su momento era. No se tienen muchos datos por varios años de aquel nicho.

Si se sabe, que poco a poco fue deteriorando, fue perdiendo la impronta estructural que tenía, pues las inclemencias meteorológicas, principalmente las lluvias, fueron haciendo estragos es ese lugar. 

Hay unos testimonios, que aseguran que hubo un tiempo en el cual, se había perdido los rastros de aquel montículo de piedras donde fue depositada la Virgen. Y que los propios indios tuvieron que volver a reorganizar aquel sitio, y no dejarlo desvanecer.

Posteriormente se decide colocar allí, una Imagen nueva de la Santísima Virgen Pura de la Inmaculada Concepción, y se repara en organizar su mantenimiento para hacer de aquel lugar, un importante sitio de culto y peregrinación. Pues los mismos fieles lo estaban declarando como tal. Era incesante la cantidad de gente que subía la cuesta para poder contemplar aquel lugar tan sagrado.

Así fue, que el año 1941, en conmemoración de cumplirse los 50 años de la coronación de la Virgen del Valle, se decide la construcción e inauguración del Templete. 

El Templete es una pequeña estructura que cobija a la gruta, construido en forma de templo, y con la finalidad de dar resguardo y protección a la Sagrada Imagen que allí se había colocado, pero principalmente para resguardar aquel lugar Santo.

Luego fue colocado un pequeño altar con su sacristía, el espacio fue delimitado y asegurado con un rejado de hierro, se mejoró la accesibilidad, construyendo escaleras para su mejor acceso. 

Además, tiene un espacio, en forma de explanada, delimitado con barandas, donde se han ubicado bancos, para que los peregrinos devotos que allí lleguen, reposen y le dediquen sus oraciones a la Santa Madre.

El camino hasta llegar a la gruta, hoy en la actualidad, está acompañado de puestos de ventas, se hizo, al principio del recorrido, un arco de recibimiento y bienvenida a los fieles peregrinos. Además, se encuentra señalizado, durante su recorrido, con informativos de esta advocación de la Virgen María.

Actualmente, la Gruta de la Virgen del Valle, es uno de los sitios más visitados, junto con la Basílica. Se trata de un lugar de Paz, de contacto con la naturaleza, pero principalmente, de contacto con Ella.

Imagen de la Virgen del Valle de Catamarca

Tomando en cuenta lo anteriormente dicho, no hay datos suficientes para avalar la procedencia de la Imagen, pero después de realizar los estudios pertinentes sobre la Estatua de la Virgen María hallada, los historiadores, sacan las siguientes conclusiones.

La Imagen de la Virgen María es una pieza de madera, de la que han concluido que en su confección se utilizó la técnica del estofado o encarne, imprimación de láminas de oro sobre la superficie, para que ésta adquiera las tonalidades doradas.

El tamaño de la Imagen es de 42 centímetros, y se encuentra reposando sobre una tarima o peana de tan sólo 10 centímetros de espesor. Ambas piezas, a la vez, reposa sobre una tarima más grande, más específicamente un pedestal, el cual mide algo más que 20 centímetros. Así todo el conjunto tiene una altura de 75 centímetros.

Estas bases en la que apoya la Imagen, han sido reemplazadas en su momento, debido al deterioro de las originales. La Virgen María se encuentra sobre una media luna, cuyos extremos sobresalen a los laterales de un vestido, el cual, está sujeto por un cinturón azul; y por encima de este, un manto color azul por fuera y rojo por dentro.

El manto cae desde su cabeza, cubriendo a ésta y dejando sólo despejada la cara. Por detrás, el manto se completa en su totalidad, cubriendo por completo a la Imagen. Asimismo, el manto deja ver su cabello color castaño a ambos lados del cuello.

La actitud de la Virgen es en oración, con su manos juntas. Su mirada se pierde en lo profundo del horizonte, donde convergen la tierra y el cielo. Una sublime actitud facial, que muestra la calma de amor de Madre compasiva. Tu tez, es morena, aunque no tanto como asemeja verse de lejos. Al acercarse, se notan capas de tonalidades más claras de su cara y manos, pero es evidente, que en su primeros años, la tez, tuvo un colorido más oscuro que el actual.

La Imagen de la Inmaculada Concepción, está presentada al público, con manto. De hecho, se cree que el hallazgo de esta manera, vestida. Las Imágenes o representaciones cristianas, en el viejo continente, acostumbraban a vestirlas. Los españoles eran un claro ejemplo de ello. Era una usanza española vestir las estatuillas. 

Manto de la Morenita del Valle

El manto es la parte de la vestimenta de la Virgen del Valle, que más representa o caracteriza a Nuestra Madre. Se trata de una pieza de colección, de color celeste, la cual, es utilizada durante todo el año, y se hace dos cambios al año, que corresponde a las dos celebridades de la Morenita, en el mes de abril, y en el mes de diciembre.

Como decíamos, forma parte, porque el traje de la Virgen se completa con el vestido. Cada manto tiene su vestido, que recubre a la Imagen, y por encima se aplica el manto.

La costumbre o tradición española de vestir a sus representaciones con vestido blanco y manto celeste, es lo que ha caracterizado a la vestimenta de la Virgen del Valle durante todos estos años de veneración.

El siguiente vídeo muestra cómo se lleva a cabo el hermoso ritual y ceremonia de vestir o cambiar de vestimenta a Nuestra Madrecita. Apreciar este acontecimiento, es muy particular y único, pues fue la única vez que se hizo público este hecho. Muchas personas pudieron estar presente y contemplar la Imagen de María tal cual es, sin vestidura. Y presenciar además, por única vez, como se la viste todo los años con sus dos cambios anuales.

La Virgen cuenta con varios vestidos o trajes, donde el manto, es la pieza estelar. Algunos de estos trajes han sido donados por distintas personalidades, otros tantos han sido confeccionados por Rina del Valle Quiroga, es una devota dedicada al servicio de la Nuestra Virgen María, desde hace varios años, es quien se encarga de la confección, como así también de los cambios, junto a dos devotas colaboradoras más.

Cada manto ha sido confeccionado especialmente para ser estrenado en alguna fecha en particular. De igual manera, tiene mantos dedicados y honrados, por ejemplo, al Credo, otro a la Asunción de María, otro a la Ascensión de Jesús, y otro a la Inmaculada Concepción.

Coronación de la Virgen del Valle

La Virgen del Valle recibe su Coronación el 12 de abril del año 1891, luego de un duro y laborioso trabajo para el pueblo catamarqueño, se obtiene la bendición de poder coronar a su Reina Celestial, la Madre protectora de todo aquel fiel devoto, que con su peregrinación llega a agradecer y pedir por sus intenciones.

Un año antes, en el 1890, se manda a pedir la confección de corona a París. Desde Argentina hace el envío a la capital francesa de onzas de oro, también monedas oro, diamantes, piedras preciosas y otras piezas de lujo, para cubrir los gastos y los requerimientos de su manufactura.

El Sumo Pontífice León XIII fue quien tuvo el honor de elevar la Coronación de la Virgen del Valle, proclamándola Reina y Madre de Catamarca.

Se reunieron los requisitos necesarios, para que la Coronación Pontificia de la Morenita del Valle, por fin fuera posible.Basada principalmente, en todos su años de devoción, la cual además, fue aumentando con el tiempo. Sumado a la cantidad de milagros y testimonios documentados que se fueron recopilando de la Santa Madre, con un culto que se difundió a lo largo de todo el trazo sudamericano.

Es así, que se consagra a María como la Madre de Jesús, el Hijo de Dios Rey y Supremo. Nuestra Soberana Madre es consagrada y coronada en su advocación de Nuestra Señora del Valle.

Patronazgos de Nuestra Señora del Valle de Catamarca

En el año 1688, se proclama a la Virgen del Valle, patrona de Catamarca. 200 años después, en el 1888, se la jura nuevamente patrona de esta provincia reafirmando la anterior declaración.

En el año 1658, con pocos años de devoción, se la declaró patrona de la gobernación española del Tucumán.

En el año 1904, se instruye una nueva proclamación patronal de la Virgen del Valle, esta vez, bajo un juramento presidido por las gobernaciones de Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán, proclamando patrona de las tres provincias.

No fue hasta el año 1907, que por medio de un proclamación oficial, elevada por el Papa San Pío X, la Virgencita del Valle es declarada Patrona de la provincia de Catamarca y de las diócesis de Tucumán, de la cual eran parte, Santiago del Estero y Catamarca. 

Tres años más tarde, en el 1910, Pío X, por medio de una Bula Pontificia, a Catamarca, se le designa un obispo y se la erige como diócesis, apartándose de la diócesis de Tucumán.

En los años 1941 y 1966, se le designan nuevos juramentos a la Virgen del Valle, como patrona de las provincias de Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero.

Año 1974 es designada, patrona del Turismo Nacional, un decreto suscrito bajo la presidencia de la Nación, de Juan Domingo Perón.

En el año 1980, es elegida como patrona nacional del Paracaidismo. 

También se la ha declarado, patrona de los Algodoneros de la provincia del Chaco. Así también, patrona del NOA, (región noroeste argentina), zona comprendida por las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y La Rioja.

María

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